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Basílica de San Juan de Letrán


 Sagrario con los relicarios de San Pedro y San Pablo

La Basílica de San Juan de Letrán, la primera de las cuatro grandes basílicas papales, la más antigua de Occidente y la Madre de todas las Iglesias del Mundo, es la catedral de Roma y la sede eclesiástica oficial del Obispo de Roma, el Papa.

 

Su historia se remonta al siglo IV, cuando el emperador Constantino donó al Papa Melquíades terrenos en los Horti Laterani para la construcción de una domus ecclesiae.

 

Consagrada en 325 d.C., la basílica fue la residencia papal hasta 1304.

 

Durante más de un milenio, los papas vivieron en el Patriarchio, el palacio papal adyacente a la Basílica, construido por Constantino. El Patriarchio incluía los apartamentos privados del pontífice y su capilla privada.

 

 

La Basílica ha sufrido numerosas reconstrucciones a lo largo de los siglos.

 

El acceso se realiza a través de cinco puertas en el pórtico; la última a la derecha es la Porta Santa (Puerta Santa), antiguamente conocida como Porta Aurea (Puerta Dorada), abierta sólo durante los años jubilares.

 

El interior presenta una planta de cinco naves, divididas por columnas modificadas por Francesco Borromini entre 1646 y 1649. El suelo cosmatesco, de 1425, es obra de maestros artesanos. Al final de la nave se encuentra el tabernáculo, que alberga relicarios con las cabezas de San Pedro y San Pablo.

 

Con su grandeza y su historia milenaria, la basílica de San Juan de Letrán sigue siendo un símbolo eterno de la fe cristiana, un lugar donde el pasado y el presente se encuentran en un abrazo espiritual.


Detalle de la basílica de San Juan de Letrán

Basílica de San Juan de Letrán

Capilla del Santísimo Sacramento
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